Quien no tiene la suerte que he tenido yo, de conocer a alguien que le enseñe la cultura tailandesa y lo más importante, la cocina tailandesa; no tiene en su primera visita la oportunidad de hacer mucho. A cada plato de comida se necesita adherir un condimento extra, un ingrediente especial o una salsa, porque sin él, no se tendrá ninguna comida tailandesa. Esa variedad es el reflejo de la cultura tailandesa en muchos ámbitos. Una ciudad capital con cerca de 8 millones de habitantes es estresante; un número exacto no existe. El tráfico en Bangkok es fatal. Quién aquí pierde los nervios, está perdido. Esto es para cada tailandés simplemente una prueba más de demostrar su serenidad.
Lugares como Ratchaburi, en la frontera de Myanmar, permite respirar tranquilamente cerca de una naturaleza virgen. Los diversos paisajes y ciudades alegran a cualquier fotógrafo viajador. Durante una larga exposición de una escena callejera nocturna con una Tienda de Alimentos Secos, alguien me ofrece amigablemente una bebida y luego un asiento. Eso es también Tailandia, y yo digo: Gracias!